Hay historietas que uno lee, que cuando tiempo después te preguntan decís «sí, me acuerdo que estaba bueno pero no mucho más.» Son buenas historietas, les tenemos aprecio. Están las olvidables también. Y después, las otras. Esas que cuando las leés no sólo leés las palabras en los globos, la narrativa de la página, sino que… experimentás la lectura. Esa que podés sentir tiempo después de haberla leído, viñetas que te quedan grabadas en la retina como la memoria de un día hermoso.
This One Summer es la historia de dos amigas atrapadas en el purgatorio extraño y confuso entre la niñez y la adultez. Son amigas de verano. Cada año se juntan cuando sus familias toman vacaciones en el mismo sitio, y éste verano no es distinto, pero sí. Ambas están atrapadas en situaciones para las que son demasiado chicas para comprender, o cambiar por sí mismas, en un período donde son grandes para mucho y chicas para otro tanto. Pero de cualquier forma están puestas en éste lugar y son forzadas a experimentarlo, siendo obligadas también a crecer y cambiar en el proceso, mientras ingresan en el horrible y extraño mucho de la adolescencia.
La historia es emocionalmente intensa, es emotiva, es sutil. Tanto Mariko como Jillian (primas entre sí, noto algo de experiencia personal en la historia) están tan intrínsecamente abiertas en la obra, que hecha por alguien más no funcionaría. Mariko es la clase de autoras que puede tomar un momento casi insignificante y volverlo algo no sólo importante, pero memorable. Y el arte es increíble, cada cuadro es una maravilla por sí solo, pero con un talento para narrar y marcar una atmósfera, un paso de lectura impecable. Tomaron el cliché de «El verano que cambió todo» y lo volvieron una obra maestra.
Ésto es un must.